Durante años, julio ha sido considerado un mes muerto para la actividad de selección. Las agendas se vacían, los equipos se dispersan y las decisiones importantes se aplazan “para la vuelta de vacaciones”. Pero esta lógica, heredada de otro tiempo, está perdiendo peso en un entorno laboral cada vez más digital, flexible y competitivo.
En un mercado donde el talento escasea y los ciclos de contratación son cada vez más rápidos, apostar por julio como mes estratégico para captar profesionales puede suponer una ventaja clara. Menos competencia, más atención por parte de los candidatos y herramientas tecnológicas que permiten mantener procesos activos sin fricción. El contexto ha cambiado, y las reglas del juego también.
Menos ruido, más atención
Un estudio de LinkedIn Talent Solutions muestra que las ofertas publicadas en julio reciben entre un 20% y un 30% menos competencia que aquellas lanzadas entre enero y marzo. Sin embargo, los datos también revelan que la tasa de respuesta de los candidatos pasivos aumenta un 15% durante los meses de verano. ¿Por qué? Sencillamente, hay menos ruido.
En ausencia de campañas masivas, newsletters corporativas y una avalancha constante de nuevos procesos, el talento potencial está más dispuesto a prestar atención a propuestas interesantes. Incluso quienes no están activamente buscando empleo, aprovechan el clima más relajado del verano para explorar nuevas opciones o responder mensajes que, en otros momentos del año, ignorarían por falta de tiempo o saturación.
Tecnología que no se va de vacaciones
Hoy, gracias a la automatización y a la inteligencia artificial, es posible mantener activos los procesos de selección incluso con equipos parcialmente ausentes. Herramientas como chatbots para screening inicial, CRMs de candidatos con workflows automatizados, o la programación de entrevistas asíncronas con vídeo permiten avanzar sin depender del presencialismo.
Además, los sistemas de matching basados en IA permiten identificar perfiles afines sin necesidad de estar constantemente rastreando portales de empleo. Esto facilita que el equipo de talento pueda centrarse en los contactos más prometedores, mientras la tecnología hace el trabajo silencioso pero eficaz de cribado.
Candidatos más receptivos (y con menos barreras)
En verano, muchas personas cambian temporalmente su rutina, lo que se traduce en mayor disponibilidad horaria y menos interferencias para tener una conversación real sobre nuevas oportunidades. No es casualidad que muchas renuncias se formalicen en septiembre: el proceso de reflexión, desgaste o comparación suele iniciarse durante el verano.
Por eso, julio es un mes ideal para contactar con talento pasivo. El coste emocional de escuchar una propuesta en julio es mucho menor, y muchas veces esa llamada puede sembrar la semilla de un cambio que se consolidará semanas después. En lugar de competir con 30 empresas en septiembre, puedes haber cerrado el mejor fichaje del año en pleno verano.
Una oportunidad para innovar (mientras otros descansan)
Otra gran ventaja: julio permite experimentar con nuevas dinámicas de reclutamiento sin tanta presión del negocio. Es el momento perfecto para probar una nueva herramienta de entrevista automatizada, ajustar los mensajes de atracción de talento o incorporar mejoras al proceso de onboarding digital.
Mientras otras empresas levantan el pie del acelerador, quienes apuestan por innovar y captar talento en julio llegan a septiembre con posiciones ya cubiertas, onboarding hecho y ventaja estratégica. Y todo ello sin necesidad de inflar presupuestos ni competir en un entorno saturado.
Sí: el momento es ahora
El contexto actual exige repensar los ciclos tradicionales del talento. En un mercado dinámico y digital, esperar a septiembre para empezar a moverse es, en muchos casos, llegar tarde. Julio ofrece una ventana de oportunidad única: menos competencia, más atención, más tecnología y mejores condiciones para conectar con el talento adecuado.
Por eso, la pregunta ya no es si merece la pena contratar en verano. La pregunta es: ¿estás dispuesto a dejar que tu competencia se te adelante mientras tú estás en pausa? Porque si algo nos está enseñando el nuevo mundo del trabajo es que la anticipación es una ventaja… y julio, un mes mucho más estratégico de lo que parece.